La humanidad progresa, cual espada de Damocles sobre un enorme polvorín. Vive sustentada en la corteza de un núcleo de materia y fuego candente, una masa inestable expuesta a grandes cambios, movimientos y fluctuaciones que muy a menudo echan por tierra sus propósitos, de hecho históricamente ha padecido, sufre y volverá a encontrarse de frente periódicamente con grandes tragedias y catástrofes ligadas a esa condición, algo que estoicamente asume a sabiendas que es parte de su génesis al igual que lo forman la muerte y por desgracia la guerra, consecuencia directa de su carácter e idiosincrasia. Todo ello le arrastra a la terrible consecuencia de tener que pasar por episodios de adversidad, calamidad y hambruna que si se observa detenidamente no son otra cosa que los pilares a partir de los cuales nace el gran drama del ser humano, aquel que nunca ha cambiado, aquel que por siempre permanecerá y al cual se referían ya los escritos del apóstol Juan en el Nuevo Testamento en alusión a los "Cuatro Jinetes del Apocalipsis". Escrita en clave religiosa, esta leyenda tiene su explicación como posible amenaza, hasta cierto punto como castigo hacia esa hereje y maliciosa conducta y comportamiento humano. La guerra, la muerte y la hambruna junto con una última interpretación que en algunos casos pasaría por la regeneración o incluso la conquista y la gloria, formarían el cuarteto de jinetes que cabalgan sobre caballos bermejo, amarillo, negro blanco por ese mismo orden. Igualmente se podría añadir que el Apocalipsis forma parte de un conjunto de escritos habituales de la época qué se fundamenta en los pronósticos de los males que parecería en un futuro próximo la civilización. Cualquier sucesión de fuertes catástrofes de origen desconocido que se sucedió en la antigüedad sirvió para reavivar la desmedida inquietud, intimidación y temor contenido en torno a la profecía de la llegada de los jinetes del apocalipsis, quienes en su caso aplicarían justo castigo por medio del caos, el dolor y el sufrimiento. Nuestros actuales conocimientos han echado por tierra estos y muchos otros mitos que sirvieron de interpretación o bien como explicación a una consecuencia de acontecimientos nunca antes vistos o vividos.

"Se despeja la niebla y cuanta bruma impide vislumbrar cuatro hermosos caballos. En los preliminares o ante indicios que vaticinan crisis, se manifiestan voces que auguran el tambalear de los cimientos de la civilización. A lo largo de los años afloró lo que ahora es simple leyenda, el miedo a un juicio final cuyos ejecutores serían los cuatro jinetes del apocalipsis."

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”