Tan exacerbada conjunción de vidas, final de todo trayecto en el que todos los caminos convergen, en la que todo el mundo acude en busca de prosperidad, éxito y bienestar y en la que conjugan lo muy bueno, lo bueno, lo malo y lo peor, crece y se multiplica de espaldas a la naturaleza a la que empuja y desprecia restándole espacios y protagonismo, despunta buscando luz cual arbusto crece desmesurado en la selva desafiando a las leyes físicas, en tanto que sus cantos de sirena atraen absortos marineros en busca de aventura que le permiten despoblar grandes áreas en las que la palabra y el trueque fueron durante multitud de años principal mandamiento de respeto, esta es y en esto se ha convertido sin lugar a duda la urbe, para muchos ya zona de culto y de adoración. Paraíso en el que nadie fía, ni se fía, de nada, ni de nadie, en el que lugares emblemáticos y espacios de más alto standing se reservan para gabinetes y despachos de abogados ávidos de presas a las que desplumar con mediáticos y suculentos litigios. Lugar en el que poco se produce, pero todo se vende y se comercia a un alto precio, porque todo tiene un elevado coste. La metrópoli no hace amigos, no aporta simpatías ni apego, únicamente crea y procura intereses, fríos pactos, frías relaciones de amistad temporal con fecha de caducidad, producto nada más que del consumo, habilidad que la define e ilustra con una amplia variedad de formas de ocio cotizado, como así ocurre con todo cuánto se mercadea dentro de ella. Vengan y vean señores, disfruten de cuán espectacular es todo dentro de la metrópoli, dulce caramelo de cicuta envuelto en papel de regalo, amargo señuelo para ilusos que se enfangan en créditos y deudas de por vida con el único fin de disfrutar del sueño de una noche de verano entre destellos de neón arropado en ricos oropeles que se desvanecen cuando despunta el amanecer, cuando desluce el espejismo y se retorna de nuevo a la rutina y a la triste realidad.

"Nuestra vida en sociedad ha alcanzado unas elevadas cotas de heterogeneidad, con todo lo que esto conlleva de complejidad. Una alta concentración y agrupación social tan diversa y estructurada, bajo una actividad tan sumamente frenética y enrevesada, formalizando un ordenado caos en ocasiones con escaso lógico sentido y en la mayoría de ellas sin apenas rentabilizar la pérdida de tiempo que conlleva tanta formalidad y burocracia. Una dinámica en la que se hace evidente la necesaria dependencia entre individuos, todos en ella se complementan, nadie puede sobrevivir sólo en la metrópoli, sin embargo, es lugar de un alto nivel de aislamiento y soledad."

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”