Dialéctica y fundamento razonado origen de la obra
La vida no reparte ni ilusiones ni decepciones. Depositada aspiración a que los deseos y anhelos se cumplan son quien perturban nuestro estado de ánimo; para bien cuando se consuman y lo contrario cuando éstos se ven truncados o simplemente se desvanecen. La ilusión es sin duda el mayor empuje en el empeño por la vida, pero ilusionarse es un arriesgado juego de posibilidades al que jamás nos habremos de aferrar ciegamente si queremos evitar caer con facilidad en el desencanto. Tan sólo una pequeña parte del mérito necesario para alcanzar nuestros propósitos depende de uno mismo y de nuestra preparación. Sin embargo, a nada estamos predestinados, tan sólo un cúmulo de sucesos fortuitos consiguen que alguien obtenga lo que a otros les resulta imposible con el mismo o menor esfuerzo, por ello si al menos se pretende disponer de alguna oportunidad, el aprendizaje y la planificación resultan imprescindibles. El baremo de cuan meritorio esfuerzo hacernos por conseguir nuestros objetivos es sin duda algo relativo y posiblemente poco acorde a una realidad plural, si se ha de tener en cuenta desde un punto de vista subjetivo. Reza el dicho de que todo requiere afán, esfuerzo y empeño, pero en realidad la vida no ejerce justicia y no todo esfuerzo está equitativamente y debidamente recompensado, más aún cuando en dicha pugna no sólo cuentan factores de valía y de mérito. Tendemos a creer o así nos lo han inculcado, que todo esfuerzo tiene su recompensa, pero nada garantiza el éxito, por tanto, el fracaso, la infelicidad o la motivación y el estímulo dependerán del nivel de conformismo al que en cada momento sea capaz de atenerse cada individuo. Luchar apasionadamente por algo induce justificadamente al desánimo cuando se percibe que se ha entregado con dedicación plena la vida a algo que no ha servido absolutamente para nada, la única consolación reside en tener claro que todo tu tiempo lo has consagrado a cuanto amas o más te gusta, motivo más que suficiente digno de elogio.
"No es pretendido motivo hacer del desencanto una excusa para caer en el desánimo, pero tan perjudicial puede resultar un exceso de optimismo como lo es la desmoralización."
Las lágrimas son palabras que necesitan ser escritas (Paulo Coelho)
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”