En el hipotético caso de que el ser humano como especie algún día desapareciese de nuestro planeta, eclipsada la civilización por circunstancia cualesquiera y no necesariamente de manera traumática, todo cuanto éste ha sido capaz de conseguir, que por supuesto podemos constatar es mucho y realmente grande, se disiparía poco a poco integrado o reabsorbido nuevamente por la propia naturaleza. Si en algún remoto caso quedasen huellas, pistas o vestigios de ella que a posteriori posible civilización capacitada pudiera descubrir sobre sus yacimientos geológicos, escasos por no decir ninguno serían los nombres propios que rezarían para la posteridad y el mérito de cuanto se pudiese hallar quedaría por completo atribuido al conjunto de una comunidad global. Por ello es merecido reconocimiento hacer entender que a cuanto ha llegado la civilización, todo aquello que ha podido descubrir y aprender sobre su pasado y avances que ha logrado, son resultado de la ingente suma del esfuerzo, sacrificio, trabajo y del estudio que en su día aportaron la pluralidad de individuos de todas y cada una de las generaciones que se han ido sucediendo a lo largo de la historia y que con sus grandes aciertos a la vez de con sus colosales errores, ayudaron de una manera u otra a que se hiciera realidad la vida en el planeta al modo en que hoy en día la conocemos. A "grosso modo" estos individuos quedaron como propósitos baldíos olvidados en el camino, resignados a la clandestinidad y en algunos casos víctimas de la incomprensión o de la calamidad en su afán por descubrir verdades insólitas o evidentes. Todo cuanto hasta entonces desconocíamos e ignorábamos que ahora damos por hecho, aceptado sin discusión y que en definitiva ha ayudado a forjar tan sólido edificio, todo cuanto hemos heredado, se ha ido apoyando en multitud de pruebas y ensayos que se llevaron a cabo como proyectos en los que muchos expusieron su vida sin esperar merecido reconocimiento o recompensa, algunos nada más que por la mera y única satisfacción personal o el beneficio que esto supondría para el resto de la humanidad. Olvidado mérito es el de aquellos que dieron su vida tratando de corregir los numerosos errores que cometimos, cuántos de ellos tan siquiera tuvieron una vida digna o apenas se les dio la oportunidad de escoger, directamente se les envió a la muerte para hacer que prevaleciera el bien. De modo desmerecido jamás se rindió justo y digno homenaje a su memoria en momento alguno y en casos diversos serían otros quienes retomarían y consumarían sus legados obteniendo ellos el reconocimiento y la gloria a costa de su nombre. Pero nada de lo que hoy tenemos o disfrutamos, de los beneficios de nuestra salud, facilidades y adelantos serían posible sin ese cómputo de aprendizaje y del estudio que estos millones de individuos a lo largo de tan corto como extenso bagaje, algunos de sobra conocidos al ser referencia indiscutible recurso frecuente en nuestros manuales de estudio pero la gran mayoría anónimos, llevaron a cabo gracias a su inquietud, el afán de conocimiento, la osadía y su capacidad de emprendimiento cuya remembranza vaga volátil a la deriva en destierro entre partículas de polvo.

"Quien desinteresadamente utiliza cuanto place sin otorgarle valor ni mérito, mostrando incluso desprecio, falta de respeto o burla por quien se esforzó en que dispusiera de ello, no es más que un desagradecido egocentrista, además de un sinvergüenza."

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”