Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
¿En qué nivel de nuestra autoestima se sitúa el concepto que define la pretensión de búsqueda de méritos por el único hecho de ser admirado? ¿Por encima de nuestra ética... puede que de los valores morales personales? Quizás lo que menos importe sea el modo u medio por el que conseguir dicho fin, es decir ni intentar ya tan siquiera hacer valía suficiente para merecer el éxito. Lo que se persigue, sin importar el desaliño que por medio se produzca, es la vanagloria. Ése parece ser el motivo principal y el fin último. Las metas se buscan como excusa de primer orden cuando se posee un alto concepto de sí mismo. Esto es resultado más que obvio de una arrogancia, altanería, presunción y petulancia absolutas. El egocentrismo alimenta la vanidad y el egoísmo arrasa con la disciplina solidaria de hacer aprecio a lo que otros logran para enaltecer lo personal. Es el deseo de imaginarse cubierto de oropeles o lo que es lo mismo una forma de saberse endiosado.
"Envuelto entre los hilos del engreimiento y la vanagloria. Sustentado por apenas nada que le dote de valor y admirado tan sólo por su propia sombra, nuestro ego no se preocupa tan sólo de sobrevivir sino de aflorar por encima de cualquier otra cosa.
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”