Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
Los primeros colonizadores eran pacíficos agricultores que generaron riqueza, superabundancia de hombres y acuerdos pacíficos entre clanes y tribus, a partir de todo lo cual pudieron plantearse las campañas exteriores que le siguieron. La invasión de Italia se produjo de forma masiva y violenta entre el 396 y 386 a.C. A comienzos del siglo IV éxodos masivos entraron por los Alpes en varias oleadas concertadas. Naciones enteras en carros pequeños, con una organización bastante buena. Agrupados por tribus de origen que habían llegado a alianzas militares, se asentaron según el orden de llegada. Los últimos en llegar fueron los senones, que irrumpieron ya sin tierras en la zona norte y tuvieron que buscar su lugar más al sur. En décadas siguientes, otros grupos irán adentrándose en Italia paulatinamente. La victoria frente a los Etruscos, que también eran dominadores recientes allí, fue aplastante. Los galos fundaron Milán. Roma envió un ejército intentando frenar la avalancha. Pero fue arrollado en Allia, una derrota que causara vergüenza hasta el final del imperio. Al parecer, al verse rodeados los romanos por tantos gritos y tan numerosas fuerzas huyeron de forma desordenada. Roma es abandonada y saqueada en el año 386 a. C. por los galos senones. A pesar de que el militar y político romano Marco Furio Camilo terminó expulsándolos, los ataques galos no terminaron, sino que se repiten a lo largo del siglo IV. Pero será un poder efímero, no llegaron a conseguir extender su dominio estable al sur de los Apeninos. Ignoraban la fortificación de campaña y el servicio de seguridad y se dejaban sorprender por incursiones bien organizadas de viejas ciudades con estructuras políticas sólidas. Terminarán aprendiendo. De la tribu desordenada, que atacaba a unos y a otros, los galos pasarán a la política de Estado, pues todos se aliarán contra ellos. En 295 los feroces senones tuvieron que aliarse a umbros y etruscos, pero fueron derrotados por los romanos, en su avance ya imparable. En 191 los boios, tal vez el pueblo galo más importante y numeroso de la Galia cisalpina fue derrotado y definitivamente sometido por Roma. Por entonces, los galos hacía mucho tiempo que habían dejado sus correrías en Italia y se habían asentado como pacíficos agricultores que transmitían al resto del mundo céltico los avances de Italia. En tanto que Belloveso atacó Italia, su hermano Segoveso se dirigió hacia oriente, y se estableció durante casi un siglo en Panonia. Allí entraron en contacto con los vénetos y los ilirios, que contienen momentáneamente su avance. Macedonia era el objetivo no sólo de los celtas. Mientras el reino macedónico fue fuerte, los celtas no supusieron un peligro, e incluso participaron como mercenarios al servicio de los reyes de Macedonia. Las crónicas siempre aluden al famoso encuentro entre los celtas y Alejandro Magno, sorprendido por la temeridad gala. Pero al descomponerse el imperio alejandrino, los celtas, que habían aprendido estrategia militar al servicio de los macedonios, irrumpen en Grecia. Atacaron el santuario de Delfos, dirigidos por el cabecilla galo Breno, que acabarían perdiendo posteriormente. En 240 los galos atacaron Pérgamo y fueron derrotados por el rey Atalo I. A partir de entonces, todos los ejércitos de oriente tuvieron un cuerpo galo. Los gálatas se mantuvieron como minoría. En la zona danubiana, sin embargo, su presencia fue mayor, aunque también coexistieron y se mezclaron con otros pueblos. En el oeste, tras vencer a Cartago y tras la conquista de la Galia cisalpina, al sur de los Alpes, los romanos se adueñaron de una parte importante de celtiberia. Entre estos dos territorios faltaba la conquista de la Galia narbonense, en el sur mediterráneo de Francia, donde se habían asentado los celtas desde el siglo III. El afán expansionista llevó a la República Romana liderada por Julio César a la conquista del territorio delta.
Fuente: https://e-archivo.uc3m.es/bitstream/handle/10016/12343/celtas_lopez_2003.pdf?sequence=
1&isAllowed=yUniversidad Carlos III de Madrid. Dr. D. Alfredo López Serran
““Conflictos Bélicos” es parte del título de una serie secuencial de obras que pretenden ser memoria ilustrada resumen de aquellas luchas y litigios por los que más ha sufrido la humanidad, tanto por la diversidad de causas, como la cuantía de bajas. Intencionadamente eludido el hecho de exhibir el factor humano, en estas obras se le otorga total y completo protagonismo únicamente al entorno, escenario convulso en el cual se sucedieron los acontecimientos.”