Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
Nuestro planeta tiene algunas características que le hacen especial y una de ellas es su satélite la Luna. Este hecho insólito ha llevado a que la teoría más aceptada para la formación de la Luna se base en la existencia de un evento muy poco probable: el choque violento de una joven Tierra con un planeta de tamaño similar al de Marte, Theia. Este choque habría producido un desprendimiento de material de nuestro planeta a partir del cual se formó nuestro satélite. Dentro de las hipótesis, sería muy probable pensar que este choque fuese el responsable de la gran velocidad de rotación terrestre, lo que permite la reducción de las variaciones de temperatura entre el día y la noche e hiciese viable la fotosíntesis, esencial para la vida en el planeta. Por otro lado, el impacto de Theia también pudo inclinar el eje de rotación terrestre, gracias al cual tenemos estaciones, a lo que se une que la misma presencia de la Luna haga que esta inclinación no varíe apenas a lo largo del tiempo. Este choque con Theia pudo calentar la Tierra y prevenir una diferenciación de los elementos químicos, lo que no hubiera permitido a nuestro planeta tener un campo magnético que es, con mucho, el más potente entre los planetas rocosos del Sistema Solar. Como sabemos, el campo magnético de la Tierra crea un colchón efectivo contra las partículas cargadas de alta energía procedentes del viento solar, protegiendo la vida de los efectos dañinos de esta radiación.
Por otro lado, otra de esas características aparece cuando las explosiones y llamaradas solares alcanzan cierta intensidad. Entonces enormes cantidades de partículas son arrojadas por este astro al espacio. Al alcanzar estas partículas el escudo magnético de la Tierra son atraídas hacia una zona alrededor del Polo Norte conocida como el óvalo o cinturón de las auroras. Allí entran en contacto con la parte superior de la atmósfera, las capas de ozono, oxígeno y otros materiales que protegen nuestro planeta. La energía que se desprende entonces es lo que vemos como auroras boreales. Todo esto ocurre a unos 100 kilómetros de altura. La enorme carga energética de las auroras es la razón por la que llegamos a verlas con tanta claridad. Su apariencia e intensidad varían en función de la actividad del sol y su ubicación depende del campo magnético de la Tierra. El llamado cinturón de las auroras boreales cruza el Norte de Noruega sobre las islas Lofoten y sigue la costa hacia el norte hasta Cabo Norte y más allá.
Fuentes:https://elpais.com/ciencia/2020-07-10/por-que-es-posible-que-estemos-solos-en-el-universo.html
https://www.visitnorway.es/que-hacer-en-noruega/atractivos-naturales/auroras-boreales/datos-sobre-aurora-boreal/
"”Ciencia y cosmos” es parte del título de una serie secuencial de obras que hacen referencia a aquellos logros y descubrimientos científicos o tecnológicos que le han permitido al ser humano obtener un salto cualitativo y cuantitativo en su desarrollo.”