Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
Tal y como está ahora mismo planteada la vida, un buen componente genético y una impecable apariencia física otorgan numerosas ventajas a la persona que lo ostenta. Cada vez sin duda se invierten más recursos en la imagen así como en la fisonomía y el aspecto externo. Nos preocupa el hecho de aparentar ser más atractivos, más jóvenes, de gustar a otros y eso indirectamente a pesar de no ser el fin perseguido conlleva la facultad de ser más apetecibles sexualmente cara a los demás. Pero la atracción y la seducción han jugado siempre un papel prioritario a favor de alcanzar el objetivo final de perpetuar la especie por medio del proceso reproductivo. Ese es el roll que la evolución ha otorgado y ha pretendido con el apetito sexual, pero el ser humano ha terminado por distorsionar este factor extrapolándolo a muchas otras áreas ligadas a su actividad y logros profesionales, quedando ampliamente vinculado a la probabilidad de obtener más y mejores oportunidades de éxito dependiendo en mayor o menor medida de cada sector. Nuestra apariencia física nos apremia o aparta de la peculiar interacción con el resto de seres humanos. Ya no es tan solo una necesidad biológica la que nos exige tener un físico idóneo para asegurar una descendencia sana, lo son también cuestiones de aspecto laboral y a igual modo cobran cada vez más peso específico el hecho de lograr una mayor reafirmación y auto-estima personal. Pero no obviemos que el atractivo físico por estar ligado al sex-appeal, en los valores de la sociedad actual que ha alcanzado nuevos niveles de emancipación y liberación sexual del género femenino, puede otorgar distintos beneficios no ligados exclusivamente a fines reproductivos al ser bien cierto que también se busca la atracción física como medio para acercarnos a otras personas con la que simplemente se pretende obtener placer. Si este no fuere el fin al que se desea llegar, hemos de darnos cuenta que estamos enviando un mensaje erróneo y por tanto es fácil prever que el resultado que se obtenga sea casi siempre fallido.
"No es necesario matar al mensajero, tan sólo dejar claro y explícito el mensaje para no herir sensibilidades. Crear expectativas en alguien que evidencie viable la posibilidad de poder alcanzar un fin en una relación y malograrlo puede ocasionar en el receptor del mensaje conductas inesperadas, de ahí la extrema importancia de saber delimitar muy claramente la línea que jamás se habrá de rebasar a la hora de interactuar con alguien"
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”