Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
A nadie parece importarle la idea de consolidar la base de nuestra cultura como proyecto de civilización más allá de nuestro pequeño mundo, el hecho de concebir un futuro prolongado fuera de nuestros actuales límites, la de hacer que esta raíz recién germinada logre madurar y llegue a consolidarse para acaparar otros planetas y expandirse. No existe amplitud de miras que propongan una firme determinación para trazar modelos concretos que establezcan líneas de actuación unificada. Prevalece, como queda demostrado, que somos incapaces de desprendernos de los intereses particulares e individuales, nuestro ego nos impide soltar ese lastre que nos pierde por completo y eso puede acarrear que la especie humana quede solo en una mera anécdota, un suceso casual perdido en el tiempo como bien pudiere haberles ocurrido a otras formas de vida surgidas con anterioridad. Esta sería realmente una buena oportunidad para dar muestras de ser una civilización inteligente. Pero no, no hemos encontrado nada aún lo suficientemente fuerte que nos empuje a dicho fin y difícil será llegar a ello en tanto en cuanto no seamos capaces de ponernos de acuerdo entre nosotros mismos dentro de nuestro espacio global. Apenas ha sido posible, a la sombra de un acotado círculo de científicos apasionados, de enviar, ensamblar y establecer una estación espacial orbitando alrededor de nuestro planeta que se podría afirmar con total rotundidad, a pesar de la osada y meritoria hazaña y el ingente esfuerzo que conlleva, ha sido un colosal fracaso visto el escaso entusiasmo que ha suscitado a nivel internacional poco más allá de la propia curiosidad y la admiración, por lo que se pronostica ser un proyecto a medio plazo fallido cuyo funcionamiento tan sólo será posible en la medida en la cual la situación socio-económica o incluso política mundial lo permita. Colosales proyectos nacen de un serio propósito e intencionalidad conjunta, de la necesidad o del interés por alcanzar con ahínco un objetivo único, no es posible de otra manera. Disponemos del propósito y en muchos casos de las intenciones, pero en la mayoría de casos tan sólo queda en eso, en una mera tentativa. No somos capaces de cumplir los requisitos y premisas que nos permitirían alcanzar ideales de manera conjunta porque perseguimos obtener resultados con suma rapidez, no somos capaces de planificar y consolidar algo a largo plazo porque somos seres volubles e inestables. Se habla de proyectos y de la necesidad de buscar nuevos medios para perpetuar la vida, pero al final todo queda reducido a meros planes adscritos a empresas privadas que son quienes únicamente invierten y dedican cantidades ingentes de dinero para llevar adelante proyectos que siempre pasan y pasarán por supuesto por la rentabilidad y el enriquecimiento individual, algo que toma completo sentido puesto que de otra manera no tendrían posibilidad de ver la luz. Quizás todo comience por reconocer que vivimos bajo un individualismo y un interés extremo, exacerbado o lo que es lo mismo un egoísmo no siempre justificado que dilapida o impide poner en marcha proyectos comunes. Si nuestro planeta comienza a dar síntomas de recursos limitados y superpoblación, pongamos pues manos a la obra para evitar un genocidio más.
"La ilusión y la imaginación siempre van por delante de la reacción y de la actuación. Se aportan grandes ideas y se conciben ambiciosos proyectos que posiblemente nunca verán la luz."
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”