Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
Nunca antes entre las generaciones aún presentes alguien vivió nada parecido. Era insospechado a priori que pudiese ocurrir un suceso como el de una epidemia a nivel mundial y que todo ello nos pillara tan de sorpresa como así ha sucedido o al menos eso era lo que pensábamos la mayoría de los ciudadanos de a pie en la ilusa idea de imaginar que todo estaba bajo control o... ¿puede quizás que no...? Esto nos ha puesto a prueba, pero se trata de otra alerta más que como civilización ya conocimos en el pasado y por tanto era lógico asumir que podría volver a ocurrir de nuevo. De cómo y con qué rapidez de respuesta la medicina y la investigación nos hayan ayudado a subsanar los efectos adversos que de ello se derive serán factores determinantes para seguir depositando toda nuestra confianza en ella o por lo contrario nos volvamos mucho más cautelosos y recelosos. Pero quizás esto no sea algo tan fortuito, de hecho ya se venían escuchando voces en actos públicos de personajes relevantes y representativos que vaticinaban la posibilidad de estar preparados ante la expansión de un imprevisto virus mortal y de hecho ya el cine lo había reflejado en distintas cintas en las cuales se trataba este mismo asunto. Las casualidades no suelen ser hechos rutinarios y habituales, pero ya campanadas a las que hicimos oídos sordos retumbaron desde muy distintos medios y seguramente alguien que disponía de mucha más información ya tenía pleno conocimiento acerca de la existencia de centros de investigación que trataban y manipulaban estos virus no sólo con fines médicos. Pero resulta tan sencillo crear y generar la duda como evitar despejarla y puede que esto tan sólo quede en ello, un caso latente del cual jamás interese conocer la verdad. Lo cierto es que día tras día los informativos, mínimamente imparciales, nos ahogan en un mar de pésimas cifras en constante aumento, lleno de penas y amarguras que propagan un sentimiento de desaliento generalizado que unido a los confinamientos no hacen sino abultar el número cifras de fallecimientos que se suman a los provocados por el mismo virus. En mi pequeño rincón de vida apenas han pasado desde la última vez que decidí asomarme a la ventana de mi estudio un puñado de horas y aún prosigo incansable e insaciable mi tarea de retocar multitud de detalles de la que es por ahora mi última obra. Por momentos parece que todo fluye rápido, que mi inspiración mana a borbotones y que el trabajo surge con sencillez en el primer intento, pero esa no es una realidad cierta, no al menos en todo momento. Muchas partes son resultado de un esmerado y tedioso trabajo cómplice de la paciencia que me permite aguantar estoicamente hasta llegar a obtener el resultado deseado. La luz que se filtra por mi ventana es ya débil, como la de cualquier atardecer prematuro de estos días de sol de un extraño invierno. ¿Cuándo acabará esta amarga pesadilla...? ¿Qué sobresalto nos abordará el día de mañana...?
"La vida está llena de retos, desafíos y amenazas. Si encontramos en ello y en cada paso una dificultad o un ahogo, la vida se volverá desagradable y triste. Sin duda lo mejor es entender la vida con alegría desde el punto de vista de los logros que somos capaces de obtener, de los inconvenientes que hemos sabido superar, de la capacidad que hemos adquirido para hacer frente a los problemas."
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”