Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
Hasta que Gutenberg no democratizada los libros con su primer prototipo de máquina de estampación que daría lugar a la actual imprenta, los libros y la lectura estaban reservados a una reservada élite que se reducía a poco más qué conventos, abadías y centros dedicados a la copia manual y artesanal de estos ejemplares por encargo de papas, reyes y nobles que ayudaron en mucho a conservar y expandir el conocimiento. Poco a poco gradualmente la lectura se fue extendiendo de forma masiva, la población y en general una clase media emergente tuvo acceso a estos ejemplares por un coste módico y con ello surgió toda una industria gráfica dedicada al libro y bien nutrida por multitud de autores que crearon y establecieron estilos muy diferentes a la hora de recrear un libro. Se abarcaron todos los aspectos posibles, lúdicos, técnicos, del conocimiento y de la información. Pero sin duda lo que más popularidad alcanzó a finales del siglo XX fue la denominada novela de relato histórico, en la que se conjugaban hechos y ambientes del pasado con protagonistas nacidos bien de la ficción o inspirados en el más cercano entorno del autor, algo que engancho y conectó con el público de manera exitosa e inmediata. Al parecer nos interesa mucho la historia, fuera y aparte del apabullante cúmulo de cifras y fechas que se nos han inculcado en los centros de enseñanza, eso sí siempre y cuando esté ligado a unos protagonistas con los que el lector se pueda sentir identificado y familiarizado. Este mismo formato es el que utiliza la cinematografía y como se ha podido comprobar es el que realmente interesa al espectador. Una novela de éxito ha de incluir siempre momentos de pasión y de tensión que pasa por conflictos personales y coyunturales en el que aparece el factor sangre -dolor, sufrimiento y pérdida- de por medio, esos son los ingredientes básicos con los que se adereza la tinta que impregna el papel de todo novelista. Desde esos comienzos en 1440 hasta hoy día y a través de los libros, han corrido verdaderos regueros de tinta, nos revelaron gran cantidad de secretos y retrataron cantidades ingentes de sucesos bañados en sangre.
"Ríos de tinta se han utilizado para enseñarnos lo imprescindible que resulta conocer la historia para evitar repetirla, para no derramar más sangre inútilmente. Pero la sangre es la que a borbotones sigue impregnando la historia. La mayor y principal fuente de inspiración de los relatos de un escritor parten de hechos acaecidos con anterioridad y siempre tienen un salvoconducto al éxito a la hora de tocar la fibra sensible del lector en su punto álgido, es decir el amor, el dolor, el dinero y la muerte"
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”