Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
El que un día fue tu mayor aliado o amigo, de la noche a la mañana se convertirá en tu peor enemigo, quizás en la peor de las pesadillas. Tus compañeros, tus camaradas, tus socios y colaboradores son quiénes mejor te conocen, quiénes mayormente saben de tus planes, intenciones, reacciones y convicciones, es por ello que también son quiénes más daño te pueden infligir como adversarios. En tanto que tu ignoras sus propósitos e intenciones ellos siempre jugarán con la ventaja de poseer tu confianza y aparente lealtad lo que no hace sino jugar en tu contra. Los enemigos no existen, se crean, nacen casi siempre por motivos de celos, envidia o la maquiavélica argucia inducida al engaño de un tercero. Cuando se está en la cumbre se es objetivo de todos de los que te odian y en cierta medida de aquellos que alaban, también de los que desean estar en tu posición y la envidia es sin duda uno de los peores cómplices, de ahí surge el hecho de que uno en su propia gloria es quien crea inconscientemente sus mayores enemigos, quién se descubre para recibir el azote más duro y quizás el más doloroso, la traición de quién más aprecia, algo para lo que casi nunca se está preparado. Es el terrible y fariseo beso de Judas que acabará acudiendo al diablo para vender tu alma. Emperadores de la antigua roma trataron de anticiparse a posibles confabulaciones y conspiraciones durante su gobierno cayendo en ocasiones en el craso error de asesinar a inocentes colaboradores fieles, amigos e incluso familiares a los cuales nunca pudo incriminar o demostrar delito alguno claro de traición para evitar ser derrocados. Pero la fidelidad es algo apenas quimérico, algo que se sostiene en tanto que existen intereses de por medio, es parte del trato de un negocio que ha de generar igual beneficio a partes iguales a los interesados, cuando esa balanza se desequilibra la traición aparece como amenaza inminente.
"En la antigua Roma, las campañas militares reunieron a miles de soldados en un ejército profesional con la promesa de obtener unos beneficios y una reputación social que mermadas o incumplidas generaban visible descontento entre la filas. En ocasiones era entre sus propios generales aparecía la suspicacia y la pérdida de confianza, convirtiéndose así en rivales directos que acabarían derrocando al Emperador"
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras."