Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
El cuerpo lidia a diario en un contencioso contra la degradación y el deterioro regenerando en parte las deficiencias que ha sufrido durante los períodos de mayor actividad y esto se lleva a cabo principalmente durante la etapa del sueño, en nocturnidad. Durante ese tiempo se producen numerosos cambios que contrarrestan en cierta medida el desgaste, pero en realidad quien más intensamente trabaja a diario en su cometido para mantener el cuerpo sano es sin duda nuestro sistema inmunitario. Su capacidad para crear un cubículo hermético de auto-defensa en el cual no penetren invasores que puedan desestabilizar al organismo resulta vital para la contención de las enfermedades virales o bacterianas e incluso para neutralizar toxinas perjudiciales para el cuerpo. En realidad el individuo adquiere un sistema de defensa en base a diversos tipos de inmunidad, por un lado está la denominada inmunidad innata cuyo origen tiene su base en la genética misma que se adquiere de manera directa por herencia de los progenitores; la adaptativa que se desarrolla a lo largo de la vida de una persona en su contacto leve con los agentes patógenos, lo que le permitirá adquirir la capacidad para crear anticuerpos que le permitan neutralizar una posible invasión y por último la pasiva que es una inmunidad prestada de fuentes externas, como son los anticuerpos de lactancia que se le proporcionan al bebé en los primeros meses e incluso un cierto blindaje generado por el ámbito grupal de familia, pues al ser todos individuos de similitud genética moviéndose en un espacio reducido a priori ayudaría beneficiosamente a dispersar, mitigar y contrarrestar el ataque de un virus cuando la carga contenida sea leve. Ciertamente no todos los sistemas inmunitarios adquieren la misma capacidad de actuación ni de efectividad, muy distintos y variables son los factores que condicionan su mejor o peor funcionamiento entre ellos la alimentación, una vida saludable, una genética favorable y por supuesto no verse a menudo desbordado o superado por las agresiones de la actividad diaria o más concretamente por el estrés. El desarrollo de vacunas ha permitido introducir en el cuerpo el antígeno de tal forma que impide que la persona vacunada enferme, pero a la vez le permite fabricar anticuerpos que le protegerán de futuros ataques por parte del germen motivo de dicha enfermedad. Pero a pesar de ser las vacunas un indudable óptimo medio para frenar su expansión, también existe un grave riesgo de adormitar al sistema inmunitario con un sobre-proteccionismo, es decir de hacer que pierda eficacia con el tiempo.
“Linfocitos se esmeran en contrarrestar a un agente agresor hasta restituir la herida”
"”Ciencia y cosmos” es parte del título de una serie secuencial de obras que hacen referencia a aquellos logros y descubrimientos científicos o tecnológicos que le han permitido al ser humano obtener un salto cualitativo y cuantitativo en su desarrollo.”