Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
Aparentemente no resulta difícil adquirir noción de quién es y a quién o quiénes hemos de considerar nuestros adversarios, de hecho, es algo que no parece preocuparnos en exceso, pues en la mayoría de casos los posibles candidatos tan simplemente nos han sido señalados a dedo, se nos ha fijado el objetivo a perseguir y el punto de destino a derribar y con esas pautas guiamos nuestros propósitos para directamente en lo posible eliminar su rastro. Acatamos las órdenes de quienes impunemente nos mantienen en nómina, es el precio que se paga en la imperiosa búsqueda del dinero, es el orden que el sistema productivo-competitivo ha impuesto en este modelo de sociedad en la cual vivimos. Una jungla de hormigón en la que se entabla día a día una lucha "a muerte" por posicionarse y hacerse un hueco. Nuestra mente parece codificada o poseída frívolamente por la avaricia y la ambición, no cuantificando ni los daños ni las consecuencias que supone asumir o responder a ciegas y obsesivamente a mandatos u órdenes sin establecer un filtro ético que determine la necesidad de tener que respetar y obedecer estos preceptos. Se ha proyectado la vida como un ring pugilístico en el cual existe una serie de contrarios u opuestos a batir y tan siquiera se piensa en la posibilidad del armisticio, de una tregua ante un conflicto inexistente del cual poco nos interesa conocer, del sentido ni del fundamento lógico de su origen si es que lo tiene. No se piensa en la negociación, ni en la mediación, ni el compromiso por la reconciliación, tan sólo en el hecho de que para prosperar es necesario deshacerse del adversario. Participamos de empresas y corporaciones que han construido nuestra vida dentro de un campo de batalla que no pasa tan sólo por pisar al enemigo, sino por burlar y sortear las normas rozando el mayor grado de ilegalidad, ellas mismas lo ejercen y para nuestro sustento necesitamos de sus honorarios si se pretende obtener cierto grado de independencia en alguna de las facetas de nuestra vida. Nuestro papel en ella es como un cuadrilátero al que se empuja a ambos púgiles, ilusos y aplicados cumplidores a pelear por su supervivencia, exponiendo su vida cuales gladiadores en la arena para lucro y enriquecimiento de anónimos en la sombra.
“Contra las cuerdas. El que golpea primero, golpea dos veces. Es preciso ser rápido y asestar el primer impacto, pelear con fuerza e intensidad, infligir el mayor dolor posible para amedrentar e intimidar al contrario. La lucha no establece cuartel, ni la compasión otorga victoria.”
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”