Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
Adolescencia y juventud reclaman emancipación, libertad y metafóricamente manumisión. El núcleo familiar sin duda óptimo entorno en tanto se es dependiente y fundamental centro de formación disciplinaria, comienza a cuantificarse diminuto, acotado y limitado, en ocasiones controvertido lugar de continuas disputas; momento y punto en el cual se presiente la necesidad de explorar mundo, de emprender camino propio para descubrir, absorber, embeber y curiosear todo cuanto se nos revela novedoso. Se indaga y se tantea por primera vez el mercado laboral en previsión de sumar experiencia y de conocer de primera mano la responsabilidad de ocupar un puesto de trabajo, difícil y tediosa tarea pero sin grandes pretensiones objetivo posible. Pero ese es solo el principio del cambio, el camino para obtener los primeros ingresos y en lo sucesivo para poder agenciarse un medio de locomoción que permita cierta autonomía y con ello superar y romper límites y fronteras. Un medio propio de movilidad expande nuestro espíritu y abre multitud de puertas hasta entonces impensables, permite de manera selectiva compartir experiencias con un reducido círculo de personas de iguales o parecidas inquietudes con cierta afinidad. Pero las aspiraciones imponen nuevas metas, incitan a subir un nivel más el status y a mejorar la posición dentro de la empresa o del entorno de trabajo e incluso a cambiar de ubicación, destino o emplazamiento cruzando mares y saltando latitudes si la coyuntura lo pide y se está en disposición de una mente abierta, el resto... viene de motu propio. Quizás, si el trabajo no lo acapara todo, encontrar alguien con quien planificar un futuro en familia es parte del camino, indiferente resulta si es en las antípodas de nuestro origen. Más tarde será el tiempo quien comience a amortiguar nuestras ambiciones, se inicia así la recapitulación, el recuerdo y la añoranza de cuanto dejamos atrás, de tanto y a tantos que conocimos ya distantes en el tiempo y en la distancia. Se llega a ese punto en el que todo lo que nos rodea, parte ya de nuestra vida cotidiana nos aparenta indistinto y ajeno a nuestra verdadera esencia. Habiendo escalado hasta ese punto en el que vimos, conocimos y exploramos cuanto ambicionamos, ahora toda tomar camino de retorno a lo primario, a los inicios para encontrarse de nuevo con las raíces y cuanto nos forjó. De manera refleja se siente una necesidad de retornar hacia el pasado, a lo que realmente uno siente que es verdaderamente suyo cuando apenas era un diminutivo elemento sin pensamiento propio. Siempre aflorará la necesidad de volver, no quizás para siempre, pero sí para fortalecer los lazos de la vida con cuanto nos vió partir. Necesitamos abrazar con añoranza el recuerdo.
“A quien amas dale alas para volar, raíces para volver y motivos para quedarse” - Dalai Dama.
"Los recuerdos son las raíces, la refundación y la biblia de nuestra vida. Necesitamos una inyección de memoria para saborear más detenidamente cuanto en su día sucedió, no para revivirlo pues a igual manera resultará imposible, pero sí al menos sí para entenderlo."
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”