Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
Supongo, que todo individuo de nacimiento es incólume, noble por naturaleza, que nace íntegro y franco, principalmente porque carece de conocimientos que supediten su elección a ese establecido baremo que circunscribe todo a optar entre el bien y el mal y por tanto su principal impulso emerge sólo y únicamente del instinto. A lo largo del recorrido que supone el aprendizaje adquiere consciencia de su entorno, de cuanto necesita, le gusta o simplemente le apetece, percatándose a su vez que todo ello ni le cae del cielo ni lo recibe desinteresadamente, ha por tanto de buscarlo y a saber discernir cual es la mejor manera de lograrlo. Pero si bien es cierto que su mayor hándicap es que su naturaleza le condiciona a ser perezoso, remolón y negligente, en apremio ha desarrollado unas facultades intelectuales que le otorgan ventaja para estudiar la manera de obtener todo con mayor facilidad y con un mínimo esfuerzo. No tarda por tanto tiempo en reparar que recurrir a la trampa, al embuste, la estafa y la farsa le resulta no solo un medio útil y rentable, sino que le ayuda además a solventar parte de esas deficiencias por medio de un principio simple que consiste en conseguir que los demás lleven a cabo aquellas tareas que a él no le resultan agradables, aun cuando esta sea una ignominiosa necesidad. En un entorno de sociedad todos han de cumplir con un papel que les permita no solo desarrollarse como personas y con el que identificarse, sino también con una labor que derive en un beneficio tanto personal como para el bien común y general. Esa es la teoría y por supuesto ese resulta un óptimo medio que permite la mejora como conjunto, ahora, la realidad resulta ser muy distinta, en verdad una reducida parte de individuos no hacen intención ni esfuerzo nada más que por aprovecharse de los bienes y del trabajo que otros llevan a cabo. Al final de un modo u otro acaban siendo un lastre que para bien o para mal la comunidad habrá de asumir y de hecho existe cierto margen de tolerancia para ello. No sin motivo, todas esas personas acabarán siendo tildadas de inadaptadas, negadas o simplemente de zánganos. Esto no es más que un juego de equilibro que no admite grandes oscilaciones, si muchos desean vivir a costa de los demás, todos acabarán perdiendo.
“Cuanto más fruto de siembra algunos dejen sin recolectar, más esfuerzo y labor al resto les quedará por sufragar. Muchas manos necesitan hacer poco, pero pocas no acabarán nunca. La pereza y el escaqueo se contagian y por desgracia se requiere de severa intencionalidad para mentalizar a quienes caen en la desidia”
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”