Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
En ocasiones, el punto de vista con el que se interpretan los acontecimientos hace del aprendizaje y la enseñanza un instrumento inútil. Verdaderamente somos páginas en blanco dispuestas a ser escritas o grafiadas con relativa sencillez con cuantos relatos y crónicas narradas por otros o simplemente escuchadas a terceros permitamos queden reflejadas sobre ellas, siempre dentro de la peculiar o singular manera con que dicho interlocutor pretenda hacer su exposición, lo cual no evita participar de una óptica subjetiva en muchos casos no exenta de cierta adulteración. En realidad nuestra visión y la perspectiva de las cosas cambian y se ven de muy diferente manera dependiendo de nuestra fuente de origen y puesto que no todo puede ser observado y corroborado de primera mano y más aún cuando se trata de acontecimientos pasados que sucedieron anteriores a nuestra presencia, no queda más remedio que ponernos en manos del conocimiento docto de quienes estudiosos en profundidad de los hechos, aportan una información más o menos fiable o veraz de cómo ocurrieron o pudieron ocurrir en su momento. En la mayoría de casos carecemos de documentos fidedignos que corroboren y hagan fiable dicha información, por cuanto en ese aspecto estamos en manos de la buena fe, el bien hacer y las justas intenciones e interpretaciones de nuestros historiadores. En cierta manera y a lo largo del tiempo, cada pueblo, país o nación ha estructurado sus relatos e historias a tenor de ensalzar la gloria de sus logros y aunque es imposible evitar cierta tergiversación, nos queda la opción de poder contrastar los acontecimientos con la visión de quienes participaron o fueron herederos de quienes pudieron participar en los hechos bien de uno u otro bando si se trata de una contienda. Pero cuando de por medio hay además sólidos intereses que persiguen un claro objetivo manipulador, esa información se distorsiona de una forma descarada para adaptarla a conveniencia y por tanto se convierte en doctrina intencionada sin pies ni cabeza que la sostenga, pero que sin duda a corto y medio plazo aportará óptimos frutos a unas pretendidas intenciones. No hay arma más letal que la insurrección de un pueblo y ello se consigue con el adoctrinamiento. En cierta medida la mayor parte de nuestra libertad se consolida con el justo conocimiento de la verdad y no de una verdad relativa y fragmentada, sino ampliamente aprobada, si es posible documentada, viable tan sólo desde el estudio, el conocimiento y la capacidad de discernir entre lo coherente, lo razonable y aquello que se nos pretende imponer.
“En épocas en las que la tiranía de reyes o emperadores, amos y señores del poder de los ejércitos, no daban lugar a elección, no fueron necesarios medios de convicción para ganarse al pueblo, simplemente se obtenía por medio de la fuerza bruta, pero cuando estas prácticas menguaron, aparecieron nuevos recursos que a igual manera lograrían el mismo fin, pero con el beneplácito de quienes se suponen serían también subyugues de dicha manipulación. Premeditar, tramar o planificar intencionadamente, siempre ha sido algo más que un medio, se ha consolidado como una estrategia válida y efectiva que le ha llevado a los líderes a adoptarla como habitual recurso para perseguir ciertas intenciones, entre ellas el control y el beneplácito de las masas”
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras”