Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
La mente desoye toda petición cuando entiende que pasa por ser incoherente, carece de una interpretación válida para dar una respuesta satisfactoria y si lo hace errará casi con total seguridad en su conclusión o en su caso responderá con el desconcierto ante la disyuntiva, por ejemplo, de tener que elegir si fuese el caso, entre opciones contrapuestas, más aún cuando ambas aparentan ser tan válidas éticamente como inconexas, desembocando por último en un conflicto interno. Asumir la responsabilidad de estar al cuidado de un ser querido a punto de completar el ciclo de la vida, a quien únicamente resta agotar los últimos cartuchos "impulsos de energía" que vagan por su cuerpo, es harto complicado. Por un lado, la honestidad y la ética personal obligan a poner todo el empeño en hacer lo posible por luchar para que permanezca en vida lo más digna, largamente y mejor posible, pero por otro surge una contradicción cuando esa misma persona pide y ruega con insistencia a su referente espiritual ayuda para abandonar la vida. Es un goteo de excusas y motivos los que llevan a entrar en discordancia, más aún cuando uno es testigo del alto nivel de sufrimiento que padece y cuán mínimas son ya sus capacidades, que no de otro modo tenderán progresivamente a caer en picado hasta llegar a la dependencia total. Es fundamental para vivir una vida plena disponer de un buen equilibrio entre mente y cuerpo, más aún cuando se eleva el nivel de senectud, pues de lo contrario o bien el cuerpo se vuelve inútil para la mente, lo que lleva al individuo a sufrir de continuo una amarga tensión psico-emocional al ser consciente del estado de invalidez que le ampara, o la mente resultará estéril para el cuerpo, en cuyo caso la persona afectada no apena, pues ni siente ni padece una vez alcanzado el estado vegetativo, pero el cuerpo aún lucha por vivir y serán sus seres queridos quienes habrán de lidiar con la situación para sobrellevar tal infortunio. Llegar al final de la vida consciente pero inútil es tan lesivo como no llegar y esto que suena tan triste, es simple y llanamente una realidad. Vivir de manera prolongada siendo consciente y observando día a día cómo y de qué manera caes en el declive y en el sufrimiento continuo, es quizás lo menos justo que nos puede aportar la vida, pero, por otro lado, apenas haber comenzado a disfrutar de ella y tener que abandonarla con prontitud, resulta ingrata y miserablemente cruel, no existe ente que pueda ser considerado divino como para tolerar dicha barbaridad, pero sucede.
“La vida no es un recurso, sino la única oportunidad para dejar constancia de haber vivido
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”