Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
A lo largo del aparentemente extenso pero a la vez nimio recorrido durante el cual se prolonga la vida, se alcanzan un sin número de momentos lúcidos, tantos como muchos otros incapaces, tiempos álgidos al igual que en ocasiones en declive o en una aparente e interminable caída en picado, pero todo ello son y forman parte de instantes que oscilan dentro de la trayectoria en la que se mueven cada uno de esos puntos apenas brillantes que para el universo constituimos los seres humanos y que un día, quizás cuando menos sospechemos, se apagarán por completo. Si no lo es por circunstancias traumáticas, nos agotaremos como lo hace cualquier producto de consumo, tal y como le sucede al frasco o al recipiente en un principio rebosante de sustancia y que tarde o temprano en una sucesión de días acabará poco a poco perdiéndose. Gota a gota se esfumará, veremos menguar su contenido y no es más que cuestión de tiempo y un continuado uso lo que le lleve a término. Pero aun participando en gran parte de fluidos, nuestro organismo no volatiliza con facilidad pues en él prolifera en abundancia la materia, algo difícil de disipar con brevedad. A esto ya se afanan y emplean a fondo el envejecimiento, el desgaste, la erosión y la debilidad y no algo menos importante como lo es el tiempo que jamás teoriza, es simple y puro pragmatismo, discurre a velocidad de vértigo, más aún cuando de por medio se planifican o proyectan fines adscritos a medidas y plazos. A lo largo de todo ese tiempo a veces imperceptible en el cual nos vemos inmersos desarrollando o dando rienda suelta a futuros proyectos, esmerándonos y procurando que su mecánica resulte productiva, es cuando notamos imponderable el transcurrir de su medida, toda una ingente cantidad de horas, puede que meses o quizás años invertidos en un único proyecto que marcará y definirá nuestra vida, pues al final eso es todo, una vida dedicada a prepararse para un único objetivo. Pobre bagaje y corto de miras, pues únicamente al tomarnos una pausa, al ver todo desde otra perspectiva y dar cobertura evaluada al resultado de esta dinámica, será cuando recalemos en qué modo hemos agotado gran parte de nuestra vida en ello. Nada es para siempre y las huellas de haber vivido se estampan en nuestro cuerpo para recordarnos y advertirnos que la disponibilidad de la vida es limitada, no somos propietarios de ella, tan sólo temporales inquilinos y hay que saber muy bien cómo hacer por aprovecharla.
"No sabemos por qué motivo un día sin más se materializa nuestra presencia, tampoco porqué ha de existir la obligación de esfumarse, pero esto que se escapa a nuestro razonamiento si hay justa causa que lo explique, no nos impide mostrar un ferviente deseo por vivir. Somos de la naturaleza, nos espera paciente y algún día volveremos a ella"
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”