Es posible que hasta día de hoy el presidente de la nación más poderosa del mundo que es estados Unidos tenga sus razones para actuar de la manera que lo está haciendo, quizás tenga un problema tan serio como el que acontece en Europa y que habiéndose percatado de la trascendencia y el cariz que está tomando desea abordarlo de manera drástica y radical cortando por lo sano, algo de lo que el viejo continente ni aún se ha percatado, pero el ejemplo en la manera de actuar que está propagando entre el resto de países occidentales es el de un país al borde de un ataque de nervios. Un país que ha sido todo un referente de amparo y patrocinio de cuantas personas que se han dignado a participar para hacer grande su nombre, indiferentemente de la cultura a la que pertenezcan, les está ahorra cerrando sus puertas y tomando como determinación de manera encubierta expulsar indiscriminadamente a todo individuo que no cumpla unos requisitos que aparentan estar ideados con cierta tendencia xenófoba. Pero al margen de ello y paralelo al resultado que esta política genere entre sus conciudadanos, sus fieles y hasta ahora mayores colaboradores del flanco este del Atlántico, los europeos, están siendo duramente castigados con medidas que van a dilapidar su economía pero que lejos generar discrepancias entre él y sus socios, para su beneficio y desgracia europea, éstos están acatando sin mayor trascendencia. Europa ha apostado por ser la marioneta del actual y algo corrosivo presidente de Estados Unidos, ha renunciado a tener una voz predominante y a ser sumisa de los antojos de un mediocre mandatario que hace del poder un juego de riña entre niños ignorando el riesgo que ello conlleva para la vida de millones y millones de personas. Europa ha enmudecido demostrando ser una potencia débil si es que aún lo es y ha preferido ser humillada en público a intentar imponer su criterio por no haber sabido crear unas bases sólidas para fortalecer y establecer la Unión identitaria de su territorio como continente. La mediocridad inunda todos los estamentos políticos de sus instituciones que se han dedicado a mecerse en la tumbona de la complacencia teniendo como apoyo al amigo americano que le defendería de las amenazas y dedicando la mayor parte de sus esfuerzos a hacer caja entre las arcas individuales de cada uno de sus corruptos miembros. Quizás sea demasiado tarde pero a Europa lo único que le queda es y lo antes posible, redefinirse como continente tomando partida y apostando por buscar sus propios medios para regenerar la riqueza, fortalecer sus fronteras y solventar su consumo interno o acabará desapareciendo. En poco tiempo han levantado con furia su voz lobos hambrientos con ganas de acaparar las riquezas de estas presas fáciles y es en estos momentos en los que uno aprovecha para resarcirse de las heridas del pasado. Con total seguridad pasarán factura cuantas determinaciones se tomaron obligatoriamente al finalizar las anteriores guerras y las sanciones que como castigo se fueron imponiendo para ahogar las intenciones imperialistas que amenazan desde el norte del continente. Europa se ha quedado boquiabierta con las terribles jugadas que el amigo americano ha lanzado al tablero dejándola "en pelotas" ante el resto del mundo, esta decisión le ha pillado a contrapié y sin saber muy bien cómo reaccionar. Por el momento Europa es un animal dócil y obediente subalterno de Estados Unidos.

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”