Una y otra vez de manera constante durante sus años de vida, los creyentes rememoran el primer día de Noviembre un curioso desfile que yo he llegado a denominar “El vía-crucis de la rosa”. Blanca en su color preferido, siempre muy bien avenida en combinación con la marmórea frialdad en la cual reposa, latente nexo sentimental que mantiene viva la gota y el latido de la añoranza entre aquellos cuya mente perdura, es gloriosa labor la de esta flor al conservar y preservar vivo tan fraternal sentimiento a la espera de ser desgarrados al viento por la intemperie sus pétalos marchitos.

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza ésta serie de obras.”