Los cementerios están plagados de gente inocente, personas indulgentes que han pagado las consecuencias de los delirios y demencias de individuos con perversos propósitos a quienes en su día otorgamos una segunda oportunidad en la vida para redimirse, si es que dicho ejercicio de condonación no resultó en vano, posibilidad a la que jamás optaron aquellos a quienes ellos se llevaron de por medio. En ciertos momentos uno conjetura la aparente idea de que la sociedad va acumulando en vida una gran cantidad de escoria y que poco a poco pierde los tan valiosos recursos de quienes aparentan ser idóneos para la convivencia. La justicia humana con facilidad pierde la orientación entre un laberinto dialéctico de preceptos al que muy bien saben jugar sus detractores, que logran volver turbia la línea que define la bondad de la maldad. Aprender a ser tan justo como injusto es la consecuencia resultante.

“Nuestra realidad está contenida y sostenida por valores dotados de una clara definición entre el bien y del mal, llegado el momento en el cual esa delimitación se vuelve difusa o distorsionada se pierde toda referencia a dichos valores.”

““Cálculo regresivo” es parte del título de una serie secuencial de obras que, incorporando la ordenada merma de cada uno de los años acaecidos, pretenden hacer recuento ilustrado de las causas que inducen a la progresiva involución del modelo de sociedad actual.”