La emisión de biofotones que realiza el cuerpo humano parece ser una fuente de importante información de la salud del organismo. “Alexander Gurwitsch” fue el primero en percatarse de que los seres vivos emiten luz y observó por primera vez en ellos una emisión de luz ultra débil dentro del rango de la luz ultravioleta. A esto lo llamó "radiación mitogenética" al considerar que estaba relacionada con la división celular y el desarrollo morfológico del organismo. Según Gurwistch la luz permitiría que el campo morfogenético controlara el desarrollo embrionario. Este descubrimiento, polémico y visionario cayó en el olvido hasta que el científico “Fritz Albert Popp” utilizando tecnología de "foto-multiplicación" ultra sensible logró comprobar que el ser humano también emite luz, esto es lo que hoy se conoce como biofotones. Popp afirma que prácticamente todos los organismos emiten luz a un ritmo estable. Un creciente número de observaciones en los últimos años en diferentes laboratorios en todo el mundo sugieren que los biofotones son emitidos por un campo coherente de fotones dentro de los sistemas vivientes. Los organismos son emisores y muy probablemente también receptores de señales electromagnéticas que parecen ser esenciales para su funcionamiento. La teoría de Popp sugiere que las células almacenan tanto la luz del sol como la luz que reciben de otros organismos y que el tiempo durante el cual logran almacenar la luz está relacionado con la salud y longevidad de la célula. Lo anterior se aplica también a la fuerza nutritiva que tienen los alimentos y es muy probable que la calidad de la comida sea mejor cuanto mayor sea su capacidad de almacenar luz. El físico austriaco Erwin Shrödinger postuló que las células vivas conservan altos niveles de organización absorbiendo "orden" del ambiente y este "orden" es obtenido de de la luz del sol. Esta visión de la vida como la conexión electromagnética entre el sol y todos los seres vivos se suma a la poética observación de Popp de que las células justo antes de morir incrementan su radiación biofotónica de manera exponencial, como si fueran supernovas. Millones de pequeñas estrellas mueren y nacen cada instante en nuestro cuerpo. Esto sugiere que una célula muere cuando pierde su capacidad de almacenar luz.
Fuente: Alejandro Martínez Gallardo

“Es ya una realidad admitida que parte de la actividad y vitalidad celular del ser humano y otros seres vivos, transita entre la absorción y la emisión de luz, de ahí se deduce el incuestionable beneficio que una moderada exposición del cuerpo al sol tiene en el desarrollo del individuo.”

““Ciencia y Cosmos” es parte del título de una serie secuencial de obras que hacen referencia a aquellos logros y descubrimientos científicos o tecnológicos que le han permitido al ser humano obtener un salto cualitativo y cuantitativo en su desarrollo.”