Quiénes se identifican con el liberalismo más extemporáneo y un inconformismo supeditado a ubicar las cosas bajo su propia conveniencia, a la necesidad de tener un papel de preponderancia que jamás lograrían por méritos propios lógica consecuencia de valores innatos y recurren al desacato y a la insubordinación como la menos agria de las formas de vida, son quiénes promueven la alternativa de establecerse y querer ubicar al resto de ciudadanos dentro de un sistema a convivencia carente de toda estructura que les subordine. Un medio de vida al libre albedrío sin orden ni organización, sin leyes ni legislación, pero seamos sinceros... ¿en qué país de Babia es posible vivir bajo dicho planteamiento...? ¿En qué nivel tan bajo de ignorancia se ha de estar posicionado para concebir la más mínima y remota posibilidad de que tal cosa es posible? La anarquía solo la contemplan aquellos que se asoman a la ideología del anti-todo, del anti-sistema, la anti-educación, el anti-nacionalismo o soberanismo y hasta lo anti-planetario digamos grotescamente por eludir así el calificativo de sentirse anti-humanos algo igualmente posible, de hecho me caben serias dudas estén de acuerdo con su propia existencia. Pero restan latentes multitud de simpatizantes que aún sintiéndose afines a tal doctrina reconocen no menos que imposible llevarla a cabo, son aquellos que a pesar de ello batallan igualmente contra sistema, igual dá si se trata de monarquía porque pedirán la república, de un gobierno de izquierdas porque no les quedará a justa medida y buscarán tendencias más progresistas, de si se trata de libertad porque no les importa acabar en el libertinaje pues en realidad son elementos subversivos y destructivos que no aportan ni pretenden en ningún momento aportar nada al conjunto buscando si es posible una individualidad absoluta, la manera egoísta de vivir sin dependencia ni obligación.

"Todos contra todos, sin respeto ni consideración, sin cortesía, miramiento ni tolerancia. Una sociedad en la que los débiles y los sensibles no tienen cabida, en la que el género y la fuerza marcarían la preponderancia y el dominio, en definitiva el desorden, el caos y la anti-sociedad, bajo ese caldo crece la anarquía."

“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”